Mi frase rectora

"Sabemos lo que somos, pero no lo que podemos llegar a ser"
William Shakespeare

jueves, 10 de septiembre de 2015

HOY, MAÑANA Y SIEMPRE: “MADRE”

Mario Ramos Tacca

Si todavía tienes una madre, dale gracias a Dios por permitirte esa dicha y alegría. Acompaña tu alegría con una reflexión humana. No derroches emociones cada segundo domingo de mayo. Sé cotidianamente consecuente y hazlo con toda tu voluntad. Pues tu madre, es la persona quien escuchó tu primer llanto, te alimentó, te cuidó y compartió tu primer juego. Lo cierto es que fue la primera maestra que tuviste, tu amiga y la persona que trazó tu destino. A lo mejor, jamás puedas pagarle tanto desprendimiento, pues lo que hizo contigo, simplemente se llama: ¡Actitud humana!

Dice nuestra constitución que “la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo  de la sociedad y del Estado”. Estas líneas intentan exaltar  a la madre como persona humana, trabajadora y mujer esforzada. A través de esta premisa es necesario observar su respeto y dignidad socio-económica desde distintos puntos de vista.

Veamos. Según los informes de Desarrollo Humano, en el Perú, para abril del 2004, el 52% de la población era pobre (40.3% en la zona urbana y 73.6% en la zona rural). De este porcentaje el 20.7% se encontraba en pobreza extrema y el 31.5% era pobre no extremo. Ésta afecta sobre todo a la zona rural (42.5%) frente a la urbana (8.9%).

De acuerdo al este informe, solo el 58.9% tiene un ingreso familiar mayor a la canasta alimentaria (S/. 114.00 soles mensuales per cápita). El 27% de mujeres entre los 20 y 29 años a nivel nacional se encuentra desempleada. En el ámbito rural a nivel nacional, el 7% de mujeres no cuenta con un empleo. A nivel nacional, por la forma de remuneración que perciben las mujeres, el 68.2% de trabajadoras percibe solamente dinero. A un 8.7% le pagan en dinero y especie, al 1.5% solo le pagan en especie, y al 21.6% no le pagan.

A nivel nacional, el 27.8% de la PEA tiene un empleo adecuado en horas e ingresos (entre los 25 y 64 años). El 23.8% de la población es aportante o jubilada (de 65 a más años de edad).

El porcentaje de mujeres de 15 y más años de edad que no tienen nivel educativo o solo tienen estudios iniciales es del 12.4%. El 30.9% tiene estudios primarios, mientras que el 37.1% tiene estudios secundarios. El 10.2% tiene estudios superiores no universitarios. El 9.4% tiene estudios universitarios. (Fuente: INEI, 2005)

Al ver estas cifras, uno concluye que, la situación de la mujer en el país no ha mejorado a la fecha. El grueso de la población femenina rural, aún permanece excluida de educación, de oportunidades laborales y de acceso a servicios básicos.

El gobierno de Ollanta, que hoy funge de reivindicador: habla de inclusión social. Yo, en particular, no creo en ese verbo, pues considero que ello no constituye un punto de apoyo para resolver las tremendas brechas sociales que excluyen no sólo a las mujeres.

Humanamente pensando, en la actualidad, a nadie ya se le permite pasar la valla de la inclusión sino tiene un cierto nivel de instrucción requerido por una sociedad meritocrática. Tampoco veo que los Programas Sociales como Pensión 65, sea el mecanismo incluyente para la mujer de la tercera edad, puesto que la Ley presenta muchos obstáculos que no permiten acceder a tal beneficio con criterios democráticos.
En consecuencia, los derechos ciudadanos de las mujeres rurales siguen siendo postergados.

Todo homenaje dedicado a la madre muestra un trato diferenciado de acuerdo al estatus socio-económico en la que cada una se ubica. Muchas, en esta fecha, recibirán pomposos homenajes, mientras otras, simplemente recibirán la indiferencia de una sociedad deshumanizada, sumida en el egocentrismo y el individualismo exacerbados.

Algunas, mostrando un nivel de vida poco comparable con la que llevaba la vieja Pelagia Vlasov en “La Madre” de Gorki, sumida en la miseria, sufriendo el silencio y el olvido de la propia sociedad a la que pertenecía. Pero a pesar de las adversidades que le tocó vivir, la madre no desmayó y luchó diariamente para sacar adelante a su progenie.


“Amar a la humanidad, servirle. He aquí mi religión y mi vida” decía Flora Tristán en “Peregrinaciones de un paria” cuando se refería a la tarea que toda mujer debe asumir cuando se trata de buscar el bien común. No seamos indiferentes frente a nadie, todos somos iguales ante la ley, nadie debe ser discriminado por motivo alguno. Creo el mensaje es claro.


En fin, la condición de la mujer como ser biológico, no hace que distinga clases sociales ni económicas. Sea cual fuere su estatus, siempre seguirá siendo la persona indispensable para la continuidad de nuestra especie y ser inteligente con una fuerza moral incomparable.

¡FELIZ DÍA MADRE PERUANA!

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