Mi frase rectora

"Sabemos lo que somos, pero no lo que podemos llegar a ser"
William Shakespeare

domingo, 4 de enero de 2015

“EL MISTERIO DEL SOL ATADO” DE LUÍS EUDES ESCOBAR CHILE



Mario Ramos

En un contexto donde hasta los milenarios dioses, semidioses, Apus y hombres exhalan poesía por los cuatro costados, es difícil hablar de la narración como práctica oficial que caracterice la privilegiada tradición narrativa del habitante ayavireño-melgarino. Indagando en diversas antologías literarias de nuestro medio, Samuel Frisancho Pineda en el Álbum de Oro, antologa sucintamente a Roberto Mendoza Aragón con “El amor de Ticacha”, Alfredo Macedo Arguedas con “Munay y Huarma”, Augusto Siancas Delgado con “El Postillón, El Ídolo y el Puma”, José Parada Manrique con “Yana Mollete o El Manolete Indio”, José Beltrán Cama con “El cóndor”, Fernando Tapia Cruz con “Manusto, El Anacoreta” y a Mercedes Bueno Morales con el relato “Kollana”. De otro lado, Edwin Tito Quispe en sus Relatos de la literatura oral y escrita del altiplano puneño  y Percy Zaga Bustinza en su Literatura Puneña, nos dan cuenta de lo poco que existe en materia de narrativa corta escrita. La muestra, se resume en los trabajos de autores como Víctor Echave Cabrera, quien con su cuento “La tragedia del arte” se diera a conocer a postrimerías del siglo XIX. Igualmente, Juan José Huirse Reyes, añejo escritor santarroseño que a inicios del XX aparecerá con “¿Profesor?” cuento de temática escolar, completan la lista.

De otro lado, Oscar Cano Torres y Feliciano Padilla, radicados temporalmente en Nuñoa, por su condición de maestros, también publicaron algunas narraciones sueltas mezcladas con una visión andino-melgarina fugaces.

Posteriormente, atrapados por un largo silencio narrativo; de los melgarinos natos que hayan hecho publicaciones serias en diarios y revistas importantes de circulación regional y nacional y/o hayan publicado libros, no tengo expreso conocimiento de alguno, a excepción de las voces líricas de Juana Rosa Murguía Sánchez, Leandro Ccuno y Samuel Álvarez que han publicado sendos libros de narrativa en diferentes momentos, en la actualidad.  

Y de los ayavireños radicados fuera, la consagrada pluma de Javier Núñez, merece una mención muy especial, debido a que con sus libros de cuentos “Espejos de bronce” 2005 y “Salomé y otros cuentos” 2009; no solo se dio a conocer, sino que se ha ganado los halagadores comentarios de la exigente crítica literaria regional y nacional.

Simultáneamente a estos acontecimientos, el ISEP “Ayaviri” con motivo de sus Bodas de Plata, el año 2006 convoca a la Bienal de los Primeros Juegos Florales de ese año. Allí aparecen sorprendentemente nombres como el de Marisol Huamán (Nuñoa), talentos estudiantiles que gustan y hacen literatura de buena factura. Este evento, en la actualidad, puede ser considerado como un referente que cada dos años convoca a nuevas generaciones de estudiantes que atraídos por la narrativa, la poesía y la pintura; nos dan a entender que Melgar tiene mucho que ofrecer en materia literaria.

De esas nuevas generaciones de intelectuales que aparecen en Melgar a inicios del XXI, surge estruendoso el nombre de Luís Eudes Escobar Chile.  Personaje de perfil sencillo, que presa de una sensibilidad indescriptible, emprende su caminata por la dificultosa senda comprometida con la afición literaria; entregándonos dos libros iniciales: un cancionero bilingüe (quechua-español) y luego, esta propuesta narrativa en español. Sin equivocaciones, puedo afirmar que esta parece ser una época donde soplan nuevos vientos para la consolidación de la narrativa melgarina.

Al leer  “El misterio del sol atado” (2010) tengo la impresión de que el autor nos arrastra hacia un mundo donde uno asiste a una intensa sesión de cosmovisión e idiosincrasia andinas de corte intercultural. Solo el genio Arguedas y Oscar Colchado, en su momento, nos habían deslumbrado tanto, presentándonos en su literatura la descripción del mundo andino cargado de sus peculiaridades y hazañas misteriosas.

En consecuencia, la narrativa de Luís Eudes Escobar, transita por los senderos de lo Real Maravilloso, utilizando un español andino matizado con frases quechuas y ambientado en el espacio altiplánico de Melgar; en Ballena azul encontramos una historia donde expone enfáticamente, lo que pareciera ser para los maestros, una moraleja de cómo enseñar en la escuela rural poniendo en práctica, la pertinencia cultural en los contenidos. En El mariscal, una familia de pastores (madre, hermana e hijo) servidores de la hacienda Llawllinka; victimas de una creencia ancestral, son devorados por el incesto, de donde nacen dos niños desgraciados por el destino y condenados a deambular por el mundo junto a su padre, sufriendo calamidades indeseables. La tierna e idiosincrática narración amorosa titulada Palomas andinas, donde el audaz Royer, parece ser el alter ego del autor; nos enseña cómo vivir en armonía con la naturaleza y cómo a fuerza de decisión y constancia se puede conseguir los sentimientos de la persona amada, es una expresión de la cosmovisión singular del habitante altiplánico.

Mellizos del destino, es la historia de una rara coincidencia de nacimiento y muerte entre dos vidas paralelas interpuestas por el destino, tal vez, son el mal presagio de un inminente destino trazado por la vida. La temática de la miseria y el abandono de un hombre desposeído y explotado, está muy bien representado en Don Amaru, narración que nos despierta una sensibilidad profunda por los maltratos que recibe un exservidor de hacendado, injustamente culpado por actos que nunca cometió.

El misterio del sol atado, es el título que lleva este ramillete de narraciones altiplánicas, donde el autor pretende explicar a través de una historia la misteriosa relación que probablemente mantienen los hombres con seres procedentes de un mundo extraño, intergaláctico. El Tawantinsuyu, es una exposición narrativa de ideologías y utopías político-socialistas de un excombatiente que apuesta por instaurar una sociedad igualitaria, justa y fraterna a través de la lucha armada revolucionaria.

En Amparados por un cadáver, ambientada en Ocuviri, usted podrá constatar la presencia de la fortuna a través de un entramado de acontecimientos desatados por la muerte de un anciano. Hechos fortuitos que terminan preservando la vida del incrédulo policía y juez de la incursión terrorista de la que es objeto una población lejana enclavada en los intersticios de la altiplanicie puneña. El exterminador, es una historia final del texto que se contrasta con el papel que hacen Charles Bronson en El Vengador Anónimo o el de Clint Easwood en Harry el Sucio. El sargento Puma, personaje que retorna a su pueblo se ve presa de un atraco delincuencial y, llevando a cabo actos de ajuste de cuentas discretos es involucrado con el narcotráfico y capturado por la policía yanqui y deportado a un lugar desconocido en el extranjero, desde donde añora ver a su madre y volver a su tierra natal.

Finalmente, termino recomendando la lectura de este texto por contener una propuesta de historias basadas en nuestro mundo andino altiplánico. Tal vez aun no tenga la pasta de aquellas obras consagradas de algunos escritores logrados; sin embargo, considero que es una muestra prometedora, siempre y cuando el autor siga cincelando con pasión y compromiso artesanales el cultivo constante de la narrativa. Y para su mayor validación, dejo a criterio de los lectores las apreciaciones concluyentes.

 

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