Mario Ramos Tacca
“Recogiendo
las Horas Perdidas” es el añorado título de un poemario que acaba de publicarse,
con motivo del Centenario de Club Social “Ayaviri”. Contiene 44 poemas: 03
poemas en quechua y 41 en español cuya temática gira en torno a la vida, la
muerte, el amor, la melancolía, la esperanza, el amor a la tierra y la
reflexión de los pensamientos más íntimos sobre la existencia del hombre.
Valentín
Víctor Bustinza Rodríguez (Ayaviri, 1953), ha tejido poéticamente un conjunto
de canciones, elegías y églogas que desarrollan vivencias que vienen desde la
época de su juventud hasta la adultez, tanto de su periplo por Lima como su residencia
en Ayaviri. Es una muestra poco ortodoxa de la poesía actual escrita en los
últimos tiempos con poemas de verso tradicional en prosa, acrósticos, caligramas
y poesía quechua costumbrista.
Su
visión general del mundo se basa en la expresión de un, yo interior, que habla
desde la óptica andina con matices mestizos de sincretismo cultural armónico.
Desde
la perspectiva lingüística, es una poesía minimalista, sin caer en lo prosaico
por supuesto. Así lo reconoce el autor con honestidad cuando en el colofón
dice: “Amables lectores, os pido disculpas por mis limitaciones léxicas para
expresar lo que siento. No quise jugar a ser poeta, solo quise decir lo que
siento; escupir una tras otra en imprecisas palabras eso que ya no podía
contener por más tiempo”. Tal vez, la característica de fondo radica en la
exposición de elementos sentimentales propios que manifiestan espontaneidad y
coherencia rítmica en el manejo del lenguaje poético coloquial y estándar.
Dicen
los lingüistas cognitivos que por muy poco atraídos que nos sintamos por la
poesía, todos llevamos un poeta dentro de nosotros. El pensamiento figurado es
un hecho real que impregna nuestra vida cotidiana. Querer plasmar esta conducta,
tal vez sea una de las razones que motivaron la creación de este poemario.
Aunque
el texto carece de un tratamiento técnico en su forma y abordaje, es en el
fondo, el extraño ser que habita dentro de cada hombre el que escribe y habla en
el texto, es decir, la exposición de los sentimientos y pensamientos expresados
de un modo artístico es lo que salva al texto.
Los
artificios literarios se pueden observar en los caligramas “Noche” y
“Despertar” presentados al estilo del poeta francés Apollinaire y Carlos Oquendo
de Amat, en ellos se muestran una experimentación en el manejo del verso de
corte vanguardista. Asimismo, los acrósticos “Obstinación” y “Redención”
presentadas son manifestaciones poéticas de tendencia provenzal en la práctica
poética tradicional.
Es
más, en el fondo creo saber que el poemario refleja una mirada retrospectiva hacia
la propia existencia y el transcurrir de la vida que acerca la poesía hacia un
pensamiento universal que pretende generalizar la cotidiana forma de pensar del
hombre. Es más, las motivaciones poéticas intrínsecas del autor quieren
demostrar su nostalgia de una vida plena de satisfacciones e insatisfacciones
vividas. La filosofía del texto demuestra una mixtura de representaciones
ideológicas de identidad andina y expresión de amor a la tierra natal.
Su
estilo es sobrio, nuevo y prospectivo en el sentido en que el autor deberá ahondar
con más ahínco en el estudio de la preceptiva poética. Los poemas muestran una versificación
libre construida con versos de arte mayor y arte menor. Los recursos
estilísticos utilizados demuestran un insipiente manejo de la metáfora,
salpicado de figuras de pensamiento que vertebran el texto de principio a fin.
Existen además anáforas en poemas como “Nocturno” y “Quiero”, la repetición en
el poema “Ayaviri”.
Mario Ramos comentando el poemario |
Con
este trabajo, el autor se suma a la larga lista de vates ayavireños que
primigeniamente fuera iniciado, en Ayaviri, por nuestro consagrado Gavino
Pacheco Zegarra.
Finalmente,
en nombre de Bustiza Rodríguez insto a las generaciones futuras a incursionar
agresivamente en la literatura. La lectura de la poesía es muy necesaria como
su cultivo constante, pues coadyuva al desarrollo de la sensibilidad humana. De
este modo, recomiendo la lectura crítico-valorativa del poemario para acercarnos
aún más al pensamiento poético del autor.
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