Mi frase rectora

"Sabemos lo que somos, pero no lo que podemos llegar a ser"
William Shakespeare

viernes, 10 de agosto de 2012

“RECOGIENDO LAS HORAS PERDIDAS” DE VALENTÍN BUSTINZA RODRIGUEZ

Mario Ramos Tacca
“Recogiendo las Horas Perdidas” es el añorado título de un poemario que acaba de publicarse, con motivo del Centenario de Club Social “Ayaviri”. Contiene 44 poemas: 03 poemas en quechua y 41 en español cuya temática gira en torno a la vida, la muerte, el amor, la melancolía, la esperanza, el amor a la tierra y la reflexión de los pensamientos más íntimos sobre la existencia del hombre.

Valentín Víctor Bustinza Rodríguez (Ayaviri, 1953), ha tejido poéticamente un conjunto de canciones, elegías y églogas que desarrollan vivencias que vienen desde la época de su juventud hasta la adultez, tanto de su periplo por Lima como su residencia en Ayaviri. Es una muestra poco ortodoxa de la poesía actual escrita en los últimos tiempos con poemas de verso tradicional en prosa, acrósticos, caligramas y poesía quechua costumbrista.

Su visión general del mundo se basa en la expresión de un, yo interior, que habla desde la óptica andina con matices mestizos de sincretismo cultural armónico.

Desde la perspectiva lingüística, es una poesía minimalista, sin caer en lo prosaico por supuesto. Así lo reconoce el autor con honestidad cuando en el colofón dice: “Amables lectores, os pido disculpas por mis limitaciones léxicas para expresar lo que siento. No quise jugar a ser poeta, solo quise decir lo que siento; escupir una tras otra en imprecisas palabras eso que ya no podía contener por más tiempo”. Tal vez, la característica de fondo radica en la exposición de elementos sentimentales propios que manifiestan espontaneidad y coherencia rítmica en el manejo del lenguaje poético coloquial y estándar.

Dicen los lingüistas cognitivos que por muy poco atraídos que nos sintamos por la poesía, todos llevamos un poeta dentro de nosotros. El pensamiento figurado es un hecho real que impregna nuestra vida cotidiana. Querer plasmar esta conducta, tal vez sea una de las razones que motivaron la creación de este poemario.

Aunque el texto carece de un tratamiento técnico en su forma y abordaje, es en el fondo, el extraño ser que habita dentro de cada hombre el que escribe y habla en el texto, es decir, la exposición de los sentimientos y pensamientos expresados de un modo artístico es lo que salva al texto.

Los artificios literarios se pueden observar en los caligramas “Noche” y “Despertar” presentados al estilo del poeta francés Apollinaire y Carlos Oquendo de Amat, en ellos se muestran una experimentación en el manejo del verso de corte vanguardista. Asimismo, los acrósticos “Obstinación” y “Redención” presentadas son manifestaciones poéticas de tendencia provenzal en la práctica poética tradicional.

Es más, en el fondo creo saber que el poemario refleja una mirada retrospectiva hacia la propia existencia y el transcurrir de la vida que acerca la poesía hacia un pensamiento universal que pretende generalizar la cotidiana forma de pensar del hombre. Es más, las motivaciones poéticas intrínsecas del autor quieren demostrar su nostalgia de una vida plena de satisfacciones e insatisfacciones vividas. La filosofía del texto demuestra una mixtura de representaciones ideológicas de identidad andina y expresión de amor a la tierra natal.

Su estilo es sobrio, nuevo y prospectivo en el sentido en que el autor deberá ahondar con más ahínco en el estudio de la preceptiva poética. Los poemas muestran una versificación libre construida con versos de arte mayor y arte menor. Los recursos estilísticos utilizados demuestran un insipiente manejo de la metáfora, salpicado de figuras de pensamiento que vertebran el texto de principio a fin. Existen además anáforas en poemas como “Nocturno” y “Quiero”, la repetición en el poema “Ayaviri”.

Mario Ramos comentando el poemario
Como resultado de toda esta aventura poética, tenemos entre manos un poemario primigenio en el sentido cabal de las palabras. Poemario que estoy seguro coadyuvará a la superación espiritual del hombre y acercarlo más a la práctica del amor y a hacer el bien común. Asimismo, significa seguir manteniendo el lugar privilegiado que tiene la provincia de Melgar dentro de la poesía regional.

Con este trabajo, el autor se suma a la larga lista de vates ayavireños que primigeniamente fuera iniciado, en Ayaviri, por nuestro consagrado Gavino Pacheco Zegarra.

Finalmente, en nombre de Bustiza Rodríguez insto a las generaciones futuras a incursionar agresivamente en la literatura. La lectura de la poesía es muy necesaria como su cultivo constante, pues coadyuva al desarrollo de la sensibilidad humana. De este modo, recomiendo la lectura crítico-valorativa del poemario para acercarnos aún más al pensamiento poético del autor.

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